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un agricultor palestino señala las tierras de cultivo que ha recuperado en Cisjordania gracias al apoyo de Acción contra el Hambre
Mamoun Moheisin señala las tierras en el Área C en las que ha vuelto a cultivar tras muchos años de abandono e inaccesibilidad © Acción contra el Hambre

Cómo una red hídrica ha transformado una comunidad abandonada en un oasis en Cisjordania

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AL-ISSAWIYA, UN PUEBLO PALESTINO CON SOLO UN 8% DE POBLACIÓN PALESTINA

La superficie total de Al-Issawiya, un pueblo al noreste de Jerusalén, es de aproximadamente 9.400 dunams (menos de 10 kilómetros cuadrados). Sin embargo, los palestinos sólo pueden vivir en el 8% de este terreno, ya que el Gobierno de Israel restringe la construcción y expansión fuera de la zona históricamente urbanizada (anterior a 1967). La parte urbanizada está bajo la jurisdicción del Ayuntamiento de Jerusalén, que es una rama de la administración municipal israelí, por lo que está bajo control israelí. Sólo el 28% de Al-Issawiya se encuentra dentro de los límites del municipio de Jerusalén, incluidos los terrenos confiscados por el Gobierno de Israel, en los que construyó una universidad, unidades de asentamiento y un parque. El terreno restante, el 72% (conocido como Rawabi Al-Issawiya), está clasificado como Zona C de Cisjordania, por lo que también es territorio totalmente controlado/anexado por Israel. Estas dos partes de Al-Issawiyya están separadas por el Muro de Anexión y Separación, lo que dificulta considerablemente el acceso de los palestinos a sus tierras.

Precisamente este difícil acceso ha llevado a que las tierras de Rawabi Al-Issawiya hayan estado desatendidas durante mucho tiempo. Por ello, siguen careciendo de infraestructuras, como suministro de agua y carreteras, y está prohibido construir. Un par de comunidades beduinas se han asentado en una pequeña parte de las tierras, pero los terratenientes de Al-Issawiya no empezaron a visitar y mantener sus tierras hasta hace pocos años. 

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tierras de cultivo regeneradas tras muchos años aisladas en Cisjordania

 

Predicar con el ejemplo

Mamoun Moheisin fue una de las primeras personas en regresar y cultivar sus tierras e invitar a otros residentes a hacer lo mismo en Rawabi Al-Issawiyya, en la Zona C. En su intento por hacerlo, empezó por cercar y cultivar su propia tierra, dando ejemplo a muchos que querían seguir sus pasos. 

"Empecé a cultivar hortalizas de temporada en mi tierra, como pepinos, tomates, calabacines, y más tarde planté olivos y vides. Hacía fotos y enseñaba a la gente de mi alrededor el resultado de mi trabajo. Eso les motivó a hacer lo mismo. Estas son tierras del Área C. No podemos construir aquí, pero lo menos que podemos hacer es cuidar nuestras tierras y protegerlas para que no nos las roben los colonos". 

 

Apoyo a la comunidad de propietarios

Acción contra el Hambre ha apoyado a Mamoun y a los terratenientes de Rawabi Al-Issawiya para construir una nueva red de suministro de agua y carreteras en amplias zonas de la comunidad. 

Aunque las carreteras aún no están asfaltadas, han mejorado considerablemente el acceso de cientos de familias, permitiéndoles llegar a sus tierras con mayor facilidad. Esta nueva accesibilidad ha permitido a las familias vallar y cultivar sus tierras, abriendo nuevas oportunidades de crecimiento y desarrollo.

"Sin agua ni carreteras, la gente no volvería a la zona. Por eso fueron lo primero que busqué. Acción contra el Hambre me ayudó a abrir algunas carreteras y a llevar agua a la comunidad hace 5 años, y eso fue un verdadero punto de inflexión. Cada vez más gente ha empezado a visitar la zona, a vallar sus tierras y a reactivarlas."


CULTIVAR LA TIERRA, EL FUTURO DEL PUEBLO

La vuelta a la tierra también ha atraído la atención de la juventud. Muchos jóvenes han encontrado una vía de escape en las montañas, lejos de las multitudes de la ciudad. Para Khaled (seudónimo), de 25 años, la tierra significa su futuro: "He encontrado mi pasión y mi paz plantando y cuidando mi tierra. Me encanta cuando mi duro trabajo da como resultado frutas y verduras perfectas".

La tierra no sólo les ha permitido cultivar plantas, sino que también ha sido un próspero entorno para la cría de animales, un lujo que no se podían permitir en el limitado espacio de la ciudad.

Para Abu Mahmoud, la agricultura forma parte de la vida rural palestina: "Poder dedicar tiempo a cuidar mi tierra, cultivar frutas y verduras y criar ganado es una verdadera bendición". 

Los habitantes de Rawabi Al-Isaawiyya están decididos a abrir más carreteras y ampliar aún más la red de abastecimiento de agua, no sólo para garantizar el acceso a más tierras, sino, lo que es más importante, para que la gente pueda regresar a sus hogares.

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un hombre palestino alimenta a una cabra en Cisjordania

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