"En Gaza, nuestra intervención está sujeta a un nivel de retos y limitaciones sin precedentes"
UN RESPONSABLE DE LOGÍSTICA DE ACCIÓN CONTRA EL HAMBRE, NOS CUENTA LA REALIDAD HUMANITARIA TRAS SU REGRESO DE LA FRANJA DE GAZA
- “Lo que más me impresionó al llegar a Rafah fue la densidad de tiendas sobre la arena. No queda ni un espacio vacío”.
- “Los pocos alimentos disponibles en Rafah proceden de granjas o de unos pocos camiones comerciales privados”.
- “En las últimas semanas los precios del mercado se han disparado y la población está pasando una grave escasez de dinero en efectivo. Una bombona de gas para cocinar cuesta entre 300 y 500 dólares estadounidenses”.
- Sin logistas, la ayuda humanitaria sería imposible. Aseguran la cadena de suministros, gestionan el almacenamiento y transporte, y se ocupan de la seguridad y mitigación de riesgos para los equipos.
Entrevistamos a un responsable de logística del equipo de emergencias de Acción contra el Hambre que acaba de regresar de Gaza. Durante estas últimas cuatro semanas, la labor de nuestro logista se ha centrado en Rafah, donde ha realizado actividades esenciales de ayuda humanitaria como la adquisición, suministro y distribución de alimentos y agua. Dada la complejidad del contexto, marcado por el acceso limitado y las condiciones de seguridad cambiantes, Acción contra el Hambre ha tenido que adaptar constantemente sus operaciones para proteger vidas y llegar a las comunidades más vulnerables.
¿Qué te llamó la atención cuando llegaste a Gaza?
Lo que más me impresionó al llegar a Rafah fue la densidad de tiendas sobre la arena. No queda ni un espacio vacío. Estos asentamientos improvisados, a veces construidos con madera y lonas, son el único alojamiento para familias enteras que tuvieron que dejar sus casas sin nada y ahora se encuentran viviendo en condiciones muy básicas. Algunas personas que ya no saben dónde refugiarse se han instalado en edificios completamente destruidos.
A lo largo de la carretera entre Rafah y Deir el Balah, la ciudad donde Acción contra el Hambre tiene ahora su base principal, la mayoría de los edificios han quedado destruidos. Desde la ofensiva del 7 de mayo, la parte oriental de Rafah ha sufrido un alto nivel de destrucción, que continúa en la actualidad. En otras ciudades, como Jan Yunis, no se ha salvado ni un solo edificio.
¿Cómo te encontraste a los equipos?
Mi llegada coincidió con el inicio de la ofensiva israelí sobre Rafah, el 7 de mayo. Se oían bombardeos bastante cerca de donde estaba nuestra antigua base y tenía la impresión de que todo iba a derrumbarse. Tuvimos que trasladar urgentemente nuestra base de Rafah a Deir al Balah, una ciudad situada 20 km al norte. Transformamos un edificio en un almacén de emergencia, lo que nos permitió reubicar nuestras existencias y continuar nuestras actividades, aunque a menor escala. También montamos un campamento para albergar a todo nuestro equipo (unas veinte personas y sus familias), la mayoría de las cuales se alojaban en nuestras instalaciones. 24 horas después de este traslado, ya estábamos de nuevo en marcha.
Como responsable de logística, ¿cuál ha sido tu trabajo?
Como responsable de logística humanitaria, además de gestionar la cadena de suministro, que incluye las compras y la gestión del almacenamiento y el transporte para garantizar que nuestra ayuda llega a las personas que más la necesitan, presto todo el apoyo necesario a los equipos de Acción contra el Hambre en Gaza. Esto incluye encontrar edificios para que trabajen los equipos y garantizar la continuidad del suministro energético y las telecomunicaciones. También soy responsable de la gestión de la flota de vehículos y conductores, así como de la seguridad y la mitigación de riesgos para los equipos. Sin embargo, a pesar del escrupuloso cumplimiento de las normas de seguridad, ningún lugar de Gaza puede calificarse de seguro.
¿Qué hace Acción contra el Hambre en Gaza?
Entre otras cosas, hemos organizado distribuciones de agua en camiones. El agua limpia es esencial para la higiene y la cocina y evita la propagación de enfermedades transmisibles por el agua. Antes del conflicto, la mayor parte del agua de Gaza se trataba en plantas desalinizadoras o se bombeaba de pozos, algo para lo que en ambos casos se necesita combustible para su funcionamiento diario, pero este, como otros suministros en la Franja de Gaza, escasea desesperadamente. Además de repartir agua potable en camiones, hemos distribuido kits de higiene, colchones, mantas, almohadas y alfombras a las familias más vulnerables.
¿Qué alimentos se encuentran disponibles?
Los pocos alimentos disponibles en Rafah proceden de granjas o de unos pocos camiones comerciales privados. Sin embargo, en las últimas semanas los precios del mercado se han disparado y la población está pasando una grave escasez de dinero en efectivo. Una bombona de gas para cocinar cuesta entre 300 y 500 dólares estadounidenses en los mercados (en torno a los 400 euros), y la calidad de los alimentos varía según la llegada de camiones comerciales privados. La población depende en gran medida de la ayuda humanitaria para sobrevivir.
¿Cómo están los niños y niñas que te has encontrado?
Actualmente, más de medio millón de niños, niñas y madres necesitan asistencia nutricional, y aproximadamente la mitad de la población de la Franja de Gaza -que asciende a más de un millón de personas- se enfrenta a una posibilidad de hambruna. Para prevenir la desnutrición, nuestros equipos distribuyen raciones de suplementos alimentarios nutritivos a base de lípidos. Además, Acción contra el Hambre ha lanzado recientemente un programa de salud y nutrición, en el que nuestro personal lleva a cabo actividades de divulgación comunitaria para detectar posibles casos de desnutrición, evaluar las necesidades y ofrecer formación para prevenir y responder a los crecientes niveles de desnutrición e inseguridad alimentaria.
¿Cuáles son los principales obstáculos en la entrega de ayuda humanitaria en Gaza?
Es esencial que se dé prioridad a la distribución de la ayuda por tierra y carretera, incluidos todos los pasos fronterizos como Rafah, Kerem Shalom, Erez y Karni. Sin embargo, esto se ve a menudo limitado por numerosas restricciones y el cierre reiterado de los pasos fronterizos. Por ejemplo, el paso de Rafah lleva cerrado desde el 7 de mayo, dejando miles de camiones varados al otro lado de la frontera, en Egipto.
Realmente, la carretera es la única vía para que la ayuda llegue a gran parte de la población. Los lanzamientos aéreos y los corredores marítimos no sustituyen a los esfuerzos por garantizar un acceso terrestre seguro y sin trabas, ni a los pasos fronterizos anteriormente abiertos y ahora cerrados. En Gaza, nuestra intervención está sujeta a un nivel sin precedentes de desafíos y limitaciones en términos de suministros internacionales, necesidades de combustible, gestión de la seguridad y coordinación humanitaria. Si estas restricciones persisten o empeoran, nuestra capacidad de intervención, y la de otras organizaciones humanitarias, se verá aún más limitada.